Oigo sonidos indefinidos…
Es tu voz que quiebra el silencio,
ese silencio que me envuelve,
en el dolor de la espera.
Tu voz, eco de esperanza,
llega tímidamente…
A las puertas de mis oídos,
transformándose por segundos,
en fuerza inmovilizadora.
Tu voz, me devuelve el aliento,
El alma al cuerpo…
La alegría en la sonrisa,
revive el amor derretido
de la omisión confesada.
Tu voz, río de aguas cristalinas,
calman la sed de tu ausencia…
Esa voz, que refresca,
en días de verano y
me seduce como primavera.
Tu voz, torrente de sonidos,
Llena todo vacío…
Vitaliza toda esperanza,
humedece mi cuerpo
reseco de emociones.
Tu voz, es mi memoria,
es el pasado sonriente…
Son los momentos grabados,
los malentendidos
y el reencuentro purificador.
Tu voz, tu ser hecho cuerpo,
mensajera invisible…
Convertida en brazos,
extensiones de energía
y amor hecho tacto.
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