Guazapa, San Salvador, El Salvador

Guazapa, San Salvador, El Salvador
Quiero llevarte en mis ojos como la ternura que un hombre lleva en sus mirada. Mirada viajera del tiempo retenido, como pupila siempre nueva, contenida, retenida, desnuda y renovada.

1 de septiembre de 2011

“Servir desde la falta de poder” (Karl Rahner)













Aprendí, aprendí,  aprendí…
¿Qué no se aprende?
¡Que no se aprende siempre!
Cerramos las puertas por temor,
al riesgo, a lo desconocido.

Prendí la sencillez con las personas sencillas,
aprendí a amar cuando me amaban
y sentía la dulzura del amor
en cada beso y en cada abrazo.
Me adiestré en el amor amando.

Amé el amor y sus caricias.
No conocía la palabra ni como se escribía,
pero conocía sus entrañas, sus caudales,
su calidez, sus dolores y sus desencantos.
¡Pero seguía amando cuesta arriba!

Aprendí en la instrucción primaria
a deletrearlo, a escribirlo, a pronunciarlo,
pero me enseñaron en la casa, en la casa.
P-a-p-á, m-a-m-á, a-m-o-r, c-a-s-a…
“Amo a mi papá “y “mi mamá me ama”.

Aprendí a amar amando en secundaria,
no era analfabeto en el amor, amor egoísta,
amor sensual, amor a las cosas, amor erótico,
amor a la naturaleza, amor a los amigos,
amor a las amigas, amor apasionado.

Bachiller con título en el amor,
materias de amor, descentralización,
solidaridad, lucha, causas justas,
reivindicativas, sindicatos, organizaciones,
conocí el amor al Pueblo oprimido.

Hasta que llegué a la cima del amor,
al lugar Santo, donde hay que despojarse,
despojarse de todo, de las sandalias del pasado,
Para dejarse quemar por ese “amor- fuego”
que no respeta fronteras, ni trincheras:
“Servir y Amar desde la falta de poder”



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