y humedad de mis paredes,
cuerpo hecho por artesano
con ilusiones y desvelos,
está el agua cambiante…
Agua cristalina en su origen,
sin pecado, sin egoísmo, sin malicia.
Agua fresca y dulce como amanecer,
que nace en la intimidad oculta,
de una montaña
oxigenada.
Agua amarga, pesada, y malograda,
por inundaciones de desencantos.
Torbellinos
acusadores,
de frustraciones encontradas
y desconfianzas
escondidas.
Pozo abierto al cielo,
para ser llenado con tu llanto.
Pozo enraizado en la tierra,
Para saborear la dulzura,
emanada en tus sueños.
Pozo sí, limpio sí.
Oscuro en mi mirada,
pero lleno y animado
por tus ojos de agua cristalina.
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