Guazapa, San Salvador, El Salvador

Guazapa, San Salvador, El Salvador
Quiero llevarte en mis ojos como la ternura que un hombre lleva en sus mirada. Mirada viajera del tiempo retenido, como pupila siempre nueva, contenida, retenida, desnuda y renovada.

2 de septiembre de 2011

“No me hieras a mi porque te hieres” (Pablo Neruda).

 “No me hieras a mi porque te hieres”.
Tan poco tiempo respirado.
Seis hojas de calendario
tan poco tiempo.
Seis suspiros eternos
tan poco tiempo.
Lo suficiente para conocer
ese interior estrellado
oscuro iluminado,
cálido y quebradizo.

“No me hieras a mi porque te hieres”.
Conozco tu silencio,
tus pasos invisibles.
Conozco el sonido
de tu puerta inequívoca.
conozco tu olor,
que aroma el vacío,
de tu paso inadvertido.
Conozco las formas
de tus labios esquivos.

“No me hieras a mi porque te hieres”.
No es presunción.
El silencio no es tu idioma,
es tristeza en reposo.
El silencio es hiriente,
cuando te es inseparable.
El silencio separado de tu alma,
es el que no me hiere.
El silencio hecho sonrisa,
edifica y estabiliza.

“No me hieras a mi porque te hieres”.
Qué paz se respira,
cerca o lejos de tu campo.
Qué paz se respira,
en la montaña de tu porvenir.
Qué paz se respira,
en el olor mañanero.
Que paz se respira,
en tu sonrisa floreciente.
Qué paz me invade,
cuando estamos de acuerdo.

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