donde voy las encuentro,
las descubro en los caminos
porque van conmigo.
Tus huellas silenciosas,
invisibles, encarnadas
caminan a mi lado,
sin sandalias.
Tus huellas incoloras,
colorean mi piel de trigo,
mi sangre hecha vino,
para el gran banquete.
Tus huellas me hacen tuyo,
tu amigo, tu compañero,
tu hermano de camino,
Tú mismo sacrificado.
Tus huellas son mi luz,
como para muchos y muchas,
hay que tener el valor del ave
cuando deja su nido.
Tus huellas, principio de libertad,
solos y a pié junto a los olivos,
porque la cruz es oferta,
hacia la piedra removida.
Tus huellas en el Gólgota,
en las veredas de la vida,
fundamentan la fe constructora
del ser para hacer tu voluntad.
Tus huellas, Señor mío,
son las marcas del amor,
del servicio a la justicia,
y de esta pasión apasionada.
Tus huellas en mi rostro
en mis manos, en mis pies inquietos,
y en mi pecho iluminado,
me hacen hoy la huella de tu amor.
Muy bello este poema..., me encantó... Gracias...
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