Guazapa, San Salvador, El Salvador

Guazapa, San Salvador, El Salvador
Quiero llevarte en mis ojos como la ternura que un hombre lleva en sus mirada. Mirada viajera del tiempo retenido, como pupila siempre nueva, contenida, retenida, desnuda y renovada.

6 de septiembre de 2011

La sonrisa llena todo vacío.











Sonreír, sonreír, sonreír,
sonreír siempre,
es decir,
setenta veces siete.
Y a través de la sonrisa
descubrir lo bonito que es la vida
y que uno se ríe
de ahogarse en un vaso con agua,
cuando la sonrisa
es como un mar
agradable,
fresco
y cristalino.
Un gran abrazo
con suavidad
de sonrisa.

La sonrisa.
¿Qué decir de ella?
Baja como el rocío,
y refresca el alma de la tierra.
Baja como la lluvia
y empapa el desierto de la tierra.
Baja como la espuma
que acaricia la playa en la tierra.

La sonrisa es el rocío de Dios
cada mañana.
La sonrisa refresca
un cuerpo encendido por la ira.
La sonrisa empapa y fecunda
nuestro desierto interior.
Ese desierto de lamentos y añoranzas,
ese desierto de incertidumbre y desconfianzas,
ese desierto árido de alegría.

La sonrisa es la suave espuma
de un mar embravecido,
de un mar sin límites de arrogancia
de un mar que se subleva
para ocultar la profundidad
de su amor y de su alma.

La sonrisa es una caricia en el aire,
es un suspiro refrescante,
es el amor dibujado con los labios.

La sonrisa es la firma del ser que ama,
es el lenguaje de la alegría y de la sorpresa,
es el aliento en el desánimo,

La sonrisa es el freno de la imprudencia,
es un te quiero solidario
es la fuerza de quien se siente amado.

“Si pudiéramos reflexionar sobre lo que hacemos el mundo sería distinto, porque reflexión y acción deben ir de la mano”. OT 

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