Guazapa, San Salvador, El Salvador

Guazapa, San Salvador, El Salvador
Quiero llevarte en mis ojos como la ternura que un hombre lleva en sus mirada. Mirada viajera del tiempo retenido, como pupila siempre nueva, contenida, retenida, desnuda y renovada.

16 de diciembre de 2011

El corazón de Jesús es el corazón del Buen Pastor.


En la primera misa que concelebré con el P. Luís Carlos Toro, en la capilla del Colegio Externado de San José, en ocasión del día dedicado al  Sagrado Corazón de Jesús, que por cierto lo encuentro en todas partes como dice el salmo 139: “¿A dónde iré lejos de tu espíritu, a dónde huiré lejos de tu rostro?.. Si le pido alas a la aurora  para irme a la otra orilla del mar, también allá tu mano me conduce y me tiene tomado tu derecha… Mas para ti ni son obscuras las tinieblas y la noche es luminosa como el día… Examíname, oh Dios, mira mi corazón, ponme a prueba y conoce mi inquietud; fíjate si es que voy por mal camino y condúceme por la antigua senda. 

Además de encontrar su devoción en muchos lugares, encuentro personas adultas y jóvenes que se consagran a él, esperando algún día tener un corazón parecido, no igual porque es difícil, con los mismos sentimientos de Cristo, “Sensus Christi”, para vivir de manera sencilla pero profunda al estilo de Jesús.

Jesús opta por las personas vulnerables, no por las seguras en sí mismas porque” tienen agarrado el sartén por el mango” El control de las personas y la mala aplicación de las leyes y normas es inseguridad en quien ejerce un cargo de autoridad (Lc. 14. 7-). 

Me quedé sorprendido cuando reflexionando sobre algunos símbolos como: El corazón, la Flor de Izote o la Monja Blanca, el Quetzal o el Torogoz, El Maquilishuat o Ceibo etc. Le preguntaba a los alumnos y alumnas del Colegio por un símbolo salvadoreño y en lugar de mencionar al Divino Salvador del Mundo me citaron el monumento a la Constitución: El monumento a la Constitución está representado por una mujer desnuda, sin ropajes partidarios, erguida,  con dignidad, sin ataduras que la esclavicen, con una balanza de equidad y una espada para hacer justicia. Los valores de este símbolo pagano son también cristianos y esos valores son en los que creyó Jesús: La justicia, la igualdad, la dignidad, el ser más que el poseer, el respeto, etc. Jesús no sólo es el rostro humano de Dios sino también el corazón libre y bondadoso de Dios. En el corazón de Jesús todos y todas tenemos un lugar propio y especial.

El Dios de Jesús, el Dios en el que cree Jesús, es un Dios bueno, misericordioso, Padre, Buen Pastor. Yahvé es el Buen Pastor del pueblo, según el profeta Ezequiel: “Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y velaré por ellas. Así como un buen pastor vela por su rebaño cuando las ovejas se encuentran dispersas, así velaré yo por mis ovejas e iré por ellas a todos los lugares por donde se dispersaron un día de niebla y de oscuridad…”(Ez. 34, 11-16). 

Jesús aprende de Dios, se deja instruir por Dios y por las mediaciones  humanas también lo forman, como la familia, el padre y la madre, la comunidad, los vecinos y vecinas, la escuela, los maestros y maestras, la iglesia, laicos, laicas, sacerdotes, religiosos y religiosas etc. Seamos buenos pastores como Jesús y como Jesús nos muestra a Dios:”Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría  por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve  justos, que no necesitan arrepentirse” (Lc. 15, 3-7).  

Ese es Jesús y su corazón, ese es el corazón de Jesús, él le apuesta a la oveja perdida, descarriada, lastimada, mal alimentada, herida, embarrancada, aislada y excluida del rebaño. Tomen mi yugo sobre ustedes, dice el señor, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón. A esto nos consagramos, esto es lo que ofrecemos; vernos en su espejo todos los días. El corazón de Jesús es el corazón del Buen Pastor.

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