Guazapa, San Salvador, El Salvador

Guazapa, San Salvador, El Salvador
Quiero llevarte en mis ojos como la ternura que un hombre lleva en sus mirada. Mirada viajera del tiempo retenido, como pupila siempre nueva, contenida, retenida, desnuda y renovada.

15 de octubre de 2012

Sé quien Soy.













Yo, hombre de barro y esperanza.
Creado,  no creado e inconcluso,
imagen sin rostro definido,
semejante a humano escondido.
Yo, hombre de barro y esperanzas.

Vacío, sin aliento propio y dormido.
Me fue dada la vida, el encanto y la calidez,
la soledad y la esperanza como  injertos abrazados.
Rostro por hacer con los años en los años,
Yo, vacío, sin aliento propio y dormido.

Yo, hombre de barro humanizado.
Aliento perdido de Dios.
Fui concebido en el tiempo,
amor y pobreza me amasaron.
Yo, hombre de barro humanizado.

“Supliqué y se me concedió.”
Suplicaron y fui concebido.
Se me concedió la prudencia,
“invoqué y vino sobre mí
el Espíritu de Sabiduría”.

Hoy, hombre sabio y prudente.
No tuve cetros, tronos, ni riquezas.
Mi cetro es el amor, mi trono la paciencia,
rico en libertad, esclavo para servir.
Hoy, hombre sabio y prudente.

¿A qué me compararé, Señor?
A penas inferior a la grandeza,
a penas sabio ignorante,
a penas desprovisto de pobreza,
menos arena, menos lodo, más humano.

¿A quién me compararé, Señor?
Mi espejo, mi sombra, mi todo.
Camino libre por hacer en la vereda.
Viéndote solo y sólo viéndote,
aún perdiéndome, sé quien soy.

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