Mujer, bella mujer.
Mujer madre,
Mujer acompañante
Mujer sonriente.
Madre amada.
En medio de la noche,
obscura de la vida,
ella, llena de noches,
noches de tristezas,
de silencios aromados,
inquietos de soledad.
Ella surge como luz,
tierna luz de luna nueva,
creciente luz de luna en
crecimiento,
llena luz de luna totalmente
plena,
Ella, luz de madre
menguante,
disminuida, compartida.
Su sonrisa hecha alegría,
hecha tacto, hecha
amabilidad,
su sonrisa hecha ánimo,
hecha amor,
con aquellos y aquellas,
que con temor van a su
santuario.
En su sonrisa florece la paz
en su alma el silencio se ha
hecho canto
en ese espacio privado y
apartado
ese espacio de confesión y
encuentro,
trabajo y liberación.
Ella, camino sencillo hacia
Dios.
Ella y su silencio
confidente,
amanece y desaparece
atardece y desaparece
Anochece y desaparece.
En ella el silencio es
confesión,
con ella al encuentro
todo queda en el camino
camino a su casa, veredas de
silencio,
silencio de una nueva
esperanza,
de un nuevo día.
María Madre
María mujer
María llena de gracia,
María sonriente
María llena de alegría.
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