El pasado me ha abierto su
alma,
con cuidado he visto con la
mirada
los recuerdos eternizados,
los recuerdos escondidos.
sonrisas con sabor a
esperanza.
Busqué en mis raíces, en mi
memoria,
los rostros nunca olvidados.
El olvido es como arena en
el desierto
se levanta, oculta y
desaparece.
Ustedes nunca fueron de
arena.
Me sumergí en las fotos del
calendario,
me bauticé nuevamente en los
recuerdos,
de esas noches estrelladas
silenciosas,
caminos clandestinamente
iluminados,
veredas afectivas del
pasado.
Busqué… busqué y no me cansé
de buscar,
sus miradas, universos de
sueños y utopías,
me atrajeron como la
gravedad de la tierra.
Mis amigos y amigas vienen a
mi encuentro
no me abandonaron en el
vaivén del ayer.
Nombrarlos es recuperarlos,
es traerlas a la vida, es
inmortalizarles.
Volver a verles en mis
recuerdos
es seguirles amando en
silencio.
Felipa Pascasio, Genaro
Hernández,
Cecilia Castillo, Rudy y
Zenaida Marroquín,
Rufina Guevara y Víctor
Manuel Monge Marroquín,
Daniel, el dany, Hernández.
Comprendo que el tiempo ha
pasado,
ha pasado sí, pero sin
olvidarlos.
Comprendo hoy el hoy presente,
¡ha, presente! Siempre
presentes.
En el pasado está la brújula
del ayer,
la dirección de mi vida.
En el presente, el recuerdo
actualizado del hoy,
el hoy gracias a ustedes es
distinto.
En el futuro, la
confirmación del mañana.
Con los hilos del recuerdo,
he remendado suavemente mis
heridas
cicatrices de melancolía
suspiros de tiempos pasados.
He soltado el peso de mi
pasado
las alas del tiempo han
volado
camino sin opresión y
liberado
el hoy presente limita mi
pasado.
Los caminos no se cansan de
avanzar,
los cauces vuelven a
llenarse sin desearlo,
y los surcos a recibir la
semilla del futuro,
pero mi hoy es impredecible,
indecible,
inacabable porque es mi hoy
presente.
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