Ciego, ciego,
no de vista,
no de conocimientos,
no de intereses,
no de gustos,
pero siempre
ciego, ciego.
Ciego de luz,
pero no del día.
Ciego de conocimientos
pero no de libros.
Ciego de intereses,
pero no de los míos.
Ciego de gustos,
pero no los del gustar
internamente.
Ciego sí de luz eterna.
Ciego de claridad evangélica.
Ciego de conocimiento de Dios.
Ciego de interés por el Reino.
Ciego por no degustar lo prohibido.
Ciego antes de Damasco.
Por amor a la Ley ,
por la pasión infligida,
por la inflexibilidad religiosa.
Ciego camino a Damasco.
Por la voz que reclama,
por la voz que hace caer,
por la voz que envía.
Ciego en Damasco.
Necesitado de dirección,
necesitado de consuelo,
necesitado de conversión.
Ciego después de Damasco.
Por amor al verbo revelado,
por amor a los pueblos paganos,
por amor a la iglesia pueblo.
Pablo de Tarso,
hombre ciego,
ciego de amor,
ciego de pasión,
ciego de todo
por amor
al crucificado.
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