Guazapa, San Salvador, El Salvador

Guazapa, San Salvador, El Salvador
Quiero llevarte en mis ojos como la ternura que un hombre lleva en sus mirada. Mirada viajera del tiempo retenido, como pupila siempre nueva, contenida, retenida, desnuda y renovada.

5 de septiembre de 2012

¿No es éste el hijo de José? (Lucas 4,16-30)


Desde niño siempre escuché que María no había tenido más hijos, que Jesús. Que Jesús es su primogénito, es decir su primer hijo, que ella quedó en estado de gracia, “en estado interesante” y que se “alivió” el veinticuatro de diciembre. Estaba esperando un hijo antes de acompañarse con José, y que por lo tanto Jesús es obra del Espíritu de Dios, es Hijo de Dios, es Dios mismo hecho hombre, pero es el hijo. El escándalo del cristianismo es asegurar y creer en un Dios que se encarna, que se hace ser humano, que nace en tiempo y en un espacio determinado. Dios se auto limita por amor haciéndose un hombre histórico: “El Jesús histórico nos da a conocer la humanidad de Dios. Más aún, que Dios es irreconocible si lo desligamos de lo más humano de nuestra condición mortal”.

El cristianismo con respecto a otras creencias es un escándalo. ¿Cómo la naturaleza divina puede limitarse en un cuerpo humano?  ¿Cómo lo indivisible y lejano se hace rostro y cercanía visible, tocable, amable? La encarnación de Dios en la naturaleza se define en un nombre y en una procedencia: Jesús de Nazaret. “Él es la meta y la cumbre de la revelación”. “Jesús fue un hombre como los demás hombres, "perfecto en la humanidad", que tuvo la misión de revelar a Dios, en y desde su condición humana”.

José, por su parte, es el padre legal, según la Ley, el que le dio un nombre; es el padre que lo crió, que lo formó en valores, le enseñó la Ley y los profetas, lo instruyó en un oficio, el de carpintería, y lo instruyó en la Tanaj, como todo buen padre judío, José lo engendró en la vida social y religiosa. Dicen que José es el padre putativo. José es el padre de Jesús y por Jesús también es nuestro padre como María es nuestra Madre. En la anunciación del ángel a José le revela que ese niño es obra del Espíritu Santo y que no dude en llevarse a su casa a María, su madre. Qué él como hombre bueno y justo le pondrá un nombre, Jesús, porque ese niño con ese nombre, con ese origen, con esa procedencia "Salvará a su pueblo". Quien pone el nombre en el judaísmo es el padre y con ello ejerce su autoridad como cabeza de familia, por eso la gente del lugar, al ver a Jesús rompiendo esquemas, presentando a un Dios que privilegia a los no privilegiados de la sociedad, un Dios que pierde los privilegios religiosos, sociales y cultuales para anunciarse a los pobres, cautivos, ciegos y esclavos, se pregunta: ¿No es éste el hijo de José?

De hecho Jesús era reconocido en su aldea, en su pueblo, en su ciudad, como el hijo de José o como “el carpintero”. Jesús es un trabajador manual, con la formación normal de todo judío en las letras y la ley, sabía leer y se insinúa que sabía escribir pero no hay certeza (Juan 1, 45; 6, 42; Lucas 4, 22; Marcos 6,1-6). Jesús es conocido por sus paisanos, sus parientes, sus amigos y amigas como el "Hijo del carpintero" (Mateo 12, 55).  

Por ser un hombre de oficio “Carpintero”, la gente no lo valora ni lo toma en serio en su misión, como predicador itinerante. No creían que un trabajador manual pudiera hablar en público o hacer curaciones como él las hacía. En Jesús se cumple el dicho popular y real: “Hazte fama y échate a dormir”. Sus paisanos no aceptan el mensaje de Jesús, él recibe el primer revés apostólico y  junto al rechazo de la Buena Nueva, está el rechazo al Dios que presenta, si eso es inaceptable lo es más aceptarlo como Dios o como su Mesías, su ungido.

Según San Mateo, el evangelio judeo cristiano, José era un “Tekton”, que significa carpintero (Mateo 13:55 y Marcos 6:3). Ser reconocido como hijo de alguien es ser reconocido socialmente, es reconocer el parentesco con un grupo familiar determinado, Por José, Jesús es descendiente del linaje del Rey David; por el nombre y el oficio lo ubican en un clan; el oficio también le da a uno pertenencia y ubicación social en un grupo económico. 

La realidad de Jesús está referida al padre, según la Ley porque es una sociedad patriarcal. Por el tipo de oficio, artesanos de la madera, la familia de Jesús no es pobre, es una familia con ciertos recursos económicos, intelectuales y de  renombre. Desde esta ubicación social se comprende la sensibilidad y humanidad de Jesús y su opción por las personas vulnerables, pobres, marginadas y excluidas de la sociedad judía del siglo I, como lo va a definir en la Sinagoga de Nazaret (Lc. 4, 16-30)

En la estructura social de la familia, en esa época, el cabeza del clan, del grupo de familia es el padre: “la familia judía del tiempo de Jesús era distinta de la actual. Era la "familia patriarcal", en la que el padre y patriarca tenía todos los derechos, mientras que la mujer y los hijos no tenían más que obligaciones, la sumisión total”. En la familia de nazaret las cosas son distintas. José es el cabeza de familia pero no opaca a su hijo. Los evangelios insisten en que María “guardaba todo en su corazón”, pero esto no es sinónimo de opresión, sometimiento, represión social o personal, significa que María era una mujer reflexiva, prudente, sabia y que pensaba antes de hablar. Mujer decidida y de opciones. Jesús tiene claro que su misión es evangelizar y por eso recorre todas las sinagogas de Judea, "también a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios; para eso me han enviado. Y predicaba en las sinagogas de Judea" (Lc. 4, 44).

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