Gracias
a Dios todavía habemos seres humano a quienes nos interesan las necesidades de
las demás personas. Todavía la
globalización de la indiferencia, el consumismo, el mundo de la egolatría y
hasta de la justificación de la injusticia y de la existencia del mal no nos ha
absorbido totalmente; el mundo global tiene cosas buenas y otras no tan buenas,
de lo bueno podemos sacar mejor provecho por eso seguimos creyendo por
convicción cristiana, humana y
especialmente motivados y motivadas por el testimonio de Jesús que amar y
servir a los y las demás vale la pena, le da sentido a la existencia. Jesús el
buen Pastor tiene un ideal, que todas las ovejas del mundo formen un solo redil.
Al servidor o servidora del Señor debe moverlo el amor y no el interés, los
puestos, el prestigio etc.
Con
sencillez y humildad sirvo al Señor cuando sirvo a mi prójimo y prójima, sin
condicionamientos de ningún tipo porque amar y servir me hace ser una persona
cristiana y humana. Así como el mundo del consumo nos esclaviza con las marcas,
el mundo de los condicionamientos nos esclaviza con los prejuicios, sean de
tipo moral, social, económico y hasta de tipo religioso. Los parámetros del
mundo no son los de Dios, ni los de Dios los que las personas religiosas inventamos
en su nombre.
¿Quién
me hace ver las cosas de manera distinta? El Señor y el Maestro, que siendo
eso, se quita los ropajes del poder, el control, el dominio, el liderazgo, la
autoridad y hasta el prestigio para lavarle los pies a sus amigos y amigas. El
Dios de Jesús y el Dios que nos comparte desde sus convicciones más profundas
es el Dios que se abaja por amor para servir.
Dios
se hace esclavo y servidor de la humanidad por amor. Por eso escandaliza el
gesto de Jesús al tomar la toalla y el recipiente para ponerse a lavar los
pies. De donde se comprende por qué Pedro se opone y protesta. Jesús hace un gesto de esclavo, un trabajo que sólo hacian los esclavos, aquellas personas que no tenían nada, ni siquiera su libertad. Jesús rompe
esquemas de superioridad y dominación. El trato entre ustedes como seguidores y
seguidoras debe ser de servicio, de tomar el último lugar, de ser los más
pequeños y pequeñas de la comunidad.
El
texto del lavatorio de los pies nos
deja dos enseñanzas profundamente cuestionantes:
- Quien no asume el
servicio a los y las demás al estilo de Jesús no tiene nada que ver con
él. Seguir a Jesús es servir.
- Sírvanse unos a
otros, unas a otras. No siempre comprendemos el seguimiento como servicio,
sino como poder, y últimamente como privilegio.
El
cristianismo es la práctica del amor, del perdón, de la reconciliación y del
servicio. El cristianismo es un modo de ser y actuar, es decir, es un modo de vida y una espiritualidad descentralizada.
Jesús no vino a fundar una religión, sino a dar vida y vida plena. El
cristianismo es vida, salvación y liberación.
Dios
no mandó a su Hijo al mundo porque estuviera ofendido e irritado por nuestros
pecados como a veces creemos y cantamos: “No estés eternamente enojado,
perdónanos Señor”. Dios nos dio a su Hijo porque nos quiere tanto, tanto, que
no quiere que se pierda ninguna persona de las que creen en Jesús. Dios es el
Buen Pastor que cuida a sus ovejas, sin
ser racista, a las que la sociedad considera negras. Según Jesús, hay más
alegría en el cielo por una persona pecadora que se convierte que por noventa y nueve personas buenas. Como
dice Jesús, también fuera del redil tiene otras ovejas.
¿Significa
esto que quienes no creen en Jesús no tienen salvación? Jesús no habla ni de
creencias religiosas ni de observancias o prácticas de piedad. Jesús se refiere
al comportamiento de cada uno y de cada una. La persona honrada, respetuosa,
tolerante, buena persona, de forma que de ella se pueda decir que vive en la
luz, ésa está en camino de salvación. Quien se comporta perversamente, está en
camino de perdición.
Otro
pasaje con el que Jesús nos comparte su concepción de Dios, ante la visión
oficial del Judaísmo, que nos presenta a un Dios excluyente, pulcro y de
sacrificios, es el del Buen Samaritano, un Dios buen samaritano, que se abaja,
se arrodilla ante la víctima social, la víctima de la violencia, la víctima de
género y las víctimas de la religion. Porque también la religión, mal entendida, genera víctimas,
condenadas y excluidas de la salvación.
En
mi modo de entender, para ser cristiano y cristiana, para ser personas
seguidoras y servidoras del Señor Jesús es necesario, importante y básico, lo siguiente:
1-
Conocer a la persona de Jesús. Y eso se logra en el contacto con la palabra.
2-
Amar a la persona de Jesús. reflexionando personal y comunitariamente el Nuevo
Testamento, testimonio de vida.
3-
Aceptar la invitación que me hace a su seguimiento, como se lo ha hecho a muchas
personas, antes que a mí.
4-
Anunciar al resucitado como persona resucitada. Persona profundamente humana y
valorando lo humano como el resucitado.
5-
Servir a Dios y a Jesús en los y las demás, especialmente en las personas
pobres, rechazadas, marginadas, enfermas y tenidas de menos, porque lo que
hagamos o no hagamos por los y las pequeñas de la sociedad a él se lo hacemos o
se lo dejamos de hacer.
Oración final
Sal 24, 4bc-5ab. 6-7bc. 8-9
R.
Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza.
Señor,
enséñame tus caminos,
instrúyeme
en tus sendas,
haz
que camine con lealtad;
enséñame,
porque tú eres mi Dios y Salvador.
Recuerda,
Señor, que tu ternura
y
tu misericordia son eternas.
Acuérdate
de mí con misericordia,
por
tu bondad, Señor.
El
Señor es bueno, es recto,
y
enseña el camino a los pecadores;
hace
caminar a los humildes con rectitud,
enseña
su camino a los humildes.
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